En los últimos años Pernambuco se ha convertido en un gran centro turístico gracias a las ciudades de la costa, como Ipojuca, y su famoso distrito Puerto de Gallinas, con 3 kilómetros de playas, Pontal de Maracaipe y playas de Muro Alto, que forman las conocidas piletas naturales en el mar. Los arrecifes de coral encierran una gran variedad de fauna marina por lo que es un destino ideal para practicar submarinismo o navegar por sus aguas color turquesa.

Fuera de las piletas hay un oleaje fuerte y constante con unas mareas que varían cada día en unos dos metros.

Perteneciente a este estado son las islas Fernando de Noronha, un archipiélago a 545 kilómetros de la capital de Pernambuco, Recife. Consta de 21 islas paradisíacas de las cuales sólo está habitada Fernando, el resto es un territorio virgen que poder explorar con su barco y fondear en su costa, puesto que ha sido declarado Parque Nacional Marino y Patrimonio de la humanidad (por lo que no se puede desembarcar en ellas sin permiso). Considerada uno de los mejores lugares de buceo de todo Brasil (junto con Abrolhos y Atol das Rocas).

Es posible que las islas no estén muy preparadas para el turismo, de hecho, poseen pocas posadas donde alojarse (sin agua caliente y otras incomodidades) pero muchos turistas enamorados de la naturaleza lo tienen como centro vacacional cada año por las maravillas naturales que ofrece. No es de extrañar que el término “Utopía”, inventada por el humanista y escritor Tomás Moro, se base en la isla de Fernando de nnnoronha.

Finalmente, mencionar que la capital del estado, Recife, cuenta con su propio puerto (Suape) uno de los más modernos de América del Sur, abierto todo el año, y no se encuentra restringido por razones de las mareas.