La Isla de Cat perteneciente a las Bahamas, posee, en sus casi kilómetros cuadrados de superficie, grandes atractivos para el turista náutico, como selva densa y playas paradisíacas que han permanecido prácticamente vírgenes al turismo y se ofrecen con todo esplendor a los capitanes que dirijan hacia ella su embarcación. Cuenta con una marina-Resort (Hawk’s Nest en Devil’s Point) donde poder amarrar y descansar para que la aventura no esté reñida con las mejores comodidades.

Posee uno de los mejores climas de las Islas Bahamas, con un invierno corto con temperaturas que rondan los 20 grados, y un verano de 30 grados. Siempre salpicada por vientos alisios, lo que hace su temperatura más agradable, y a los capitanes de veleros su travesía más cómoda.

La ausencia de turismo le dan el aura de ser una isla todavía inédita, con precios muy económicos par realizar los deportes acuáticos que se ofertan como el buceo (se pueden recibir clases). El techo de las Bahamas se encuentra en esta isla, en una cima donde se edificó un pequeño monasterio llamado El Ermitaño, hermoso de visitar, al igual que los pintorescos pueblos de pescadores (como los famosos pueblos de pescadores flotantes, con sus coloridas casas, que se extienden como una alfombra entre los peñascos que van a dar al mar) Los acantilados de hasta 60 metros nos ofrecen una vista imponente. Para que el paraje se mantenga virgen, se imponen duras multas a quienes dañen el terreno.